jueves, 19 de agosto de 2010

DANIEL FREIDEMBERG [532]


Daniel Freidemberg 


Nació en 1945 en Resistencia (provincia de Chaco, Argentina). Desde 1966 reside en Buenos Aires. Poeta, crítico literario y periodista. Integra el Consejo de Dirección de la revista trimestral Diario de Poesía. También ha escrito canciones con Juan "Tata" Cedrón, grabadas por el Cuarteto Cedrón. Publicó Blues del que vuelve solo a casa (Buenos Aires, 1973), Diario en la Crisis (Buenos Aires,1986), Lo espeso real (Buenos Aires,1996) y La sonatita que haga fondo al caos (antología, Santiago de Chile, 1997). Ensayo: La poesía del Cincuenta (1981), La palabra a prueba (1993). Autor, además, de una veintena de antologías y de los estudios preliminares de, entre otros libros, Lunario Sentimental (de Leopoldo Lugones), Poesías completas (Evaristo Carriego), La calle del agujero en la media/Todos bailan (Raúl González Tuñón), Soledades y sonetos (Luis de Góngora), El gigante de ojos azules y otros poemas (Nazim Hikmet), Libertad y otros poemas (Paul Eluard), Cantos de vida y esperanza (Rubén Darío), Defensa de Violeta Parra y otros poemas (Nicanor Parra), Tifón (Joseph Conrad) y El vino generoso (Italo Svevo).




SI FUERA POSIBLE

"¿La poesía?: ¿A veces una imagen de
narración para aquello contra lo cual
se cometió algún tipo de pecado?..."
Francisco Madariaga


Desde aquí

Hay aves que vuelan, puedo asegurarlo
ayer
vi una bandada de cigüeñas
(blancas) sobre Buenos Aires
Movían sus grandes alas
como a mil
metros
de nosotros
y
todo era lo más natural




Racconto

Para anotar en la memoria:
el sol
transeúntes varios
pajaritos
cierta reverberación típica de la hora
y era yo el que miraba
y era el sol
y
la chica que caminaba por la plaza
con su pollera a cuadros, y
llena era de gracia
y
no de




Hechos

Ave dudosa si las hay, la
paloma urbana
toda aplastada ella en
medio del macadam
volaba aún a su manera en la mente
del transeúnte que
toda esa noche no durmió
sin encontrar respuesta al caso



Acción

En la vereda, empapado por
un súbito aguacero que asoló la ciudad
ametralló a los que colmaban los balcones
gritándole es tarde, acabe la serenata
que él no canto, que
ni siquiera conocía,
que parte de su corazón
componía esa mañana
poco antes que suene el reloj




La flor

Había en la jarrita una flor
de especie no determinada
Loca flor que alumbraba
las noches de insomnio
Que producía mucho mal
si se miraba demasiado
Lo mejor era acercarse despacio
lo mejor
era ir a cualquier parte y hallarla





Escena con ángel

El ángel parado en la baranda
bajo la túnica le asomaba un pie
miraba un poco atontado a
la gente, iba a volar
Hubo un infinitesimal instante
de suspenso. El ángel
tosió un poco y se disolvió
Llovieron durante aquel año las
hilachas
de una pereza inexplicable
Los perros a la tarde aullaban
como seres humanos




Tanguito

La heroína dice que se va
"Quiero tu bien" me dice
"nada más que por salvarte"
y en su caída
quiere dejarme a un lado
Se pone el casco de amazona y
dice que se va
Tan orgullosa está consigo misma que
se lleva la puerta por delante
Esa es una prueba concluyente de
la impenetrabilidad de la materia
Ella lo sabe, ella lo sabe, pero
debe cumplir con su papel
Eso está bien y yo
que no seré feliz
me arrincono pa mirarte



Moraleja


Tema del loco en la ciudad
bajo el cielo nublado
esquivando los taxis, las miradas
Cosas idas de sitio farfullaba, "trozos
de lo que hubo aquí uníos" o
"pongan más aire el cielo se viene abajo",
eso era un espectáculo según
los testigos presenciales
y él iba saludándolos, les
invitaba a comer,
cosa que todos aceptaron
y ái fue que se extendió la peste




En fin

El viejo cuervo
de la posteridad
ríe en la pieza
mal iluminada
entre los bollos de papel
que orlan los bordes del cadáver
"Ya nunca más" dice obviamente el
juguetón
La puerta se abre: no entran
admiradoras desoladas
ni el silencio de Dios
sino un poco de viento y
lo dispersa todo
como una nieve que bendice el barrio




Toda una vida

Como no paraba de garuar
años y años quedamos
mirando la vereda
por habernos venido sin pilotos.
Los puchos llegaban hasta el techo
y el mal olor, las
miradas corrosivas del mozo
tensaban demasiado el ambiente.
Ya no sabíamos de qué hablar:
de tanto repetirlas, las historias
pasaban a decir otras cosas
y afuera todo era mojado y
brillaba
el gris en sus diversas gamas
igual que cuando uno era chico y
no se podía salir a jugar



Si fuera posible

Haríamos una tiendita
bajo la sábana
como para pasar
todo el invierno acurrucados
Yo emprendería
cada tanto
incursiones
para obtener las
provisiones necesarias
Dispuesto incluso a enfrentar
las cucarachas
u otros habitantes
del mundo exterior
Y te relataría
después
la aventura
mientras junto a la puerta
se amontonan los diarios
(que el viento al fin dispersará
como a otras tantas cosas
de otros)
y
vamos a amarnos
sin apuro
hasta
que algún misil
perfore la carpa
o una de las colillas
que nunca sé cómo apagar



Diario en la crisis

"La tierra es para nosotros un lugar donde
hemos de vivir, donde hemos de resignarnos
a ver, oír y hasta obrar, ¡por Dios!; respirar
hipopótamo muerto, por así decir, y no ser
contaminados. Y allí, ¿no lo ven ustedes?,
entra en juego nuestra fuerza, la confianza
en nuestra capacidad para abrir un modesto
agujero donde esconder lo esencial, nuestra
potencia de devoción, no para uno mismo,
sino para un trabajo oscuro y aplastante;
y eso es bastante difícil".

Joseph Conrad
(El corazón de las tinieblas)


Diario en la crisis

Este cansado tipo en su país
de amor desarreglado
pide permiso, pide
por un minuto la palabra;
dice que es tarde, que
sería bueno dormir,
afuera hay ruidos intranquilos, dice
tanta cosa que hacer.
Viene el otoño, dice
que aún no le dieron la noticia.
Quiere ir a ver si quedan hojas secas.
Quiere ir a ver.



El mago

Por la memoria van caballos

La luz entra en la pieza
a hacer reales, por un rato, las cosas

Algo se mueve en un rincón
(duendes? ratones?
restos sueltos por ahí
de algo así como un corazón?
telas de araña rotas
por un aire imprevisto?)
reclama un lugar
donde caballos vienen a beber

Eso es -ahora- lo importante:
un ruido de cascos
sobre la memoria



Cámara detenida

Sombra que
tapa la luz
de la ventana

sombra o perfil:
soy yo
tanteando algo hacer
mover
aunque sea un poco el aire
que
lo solidifica todo

hueco o perfil:
soy yo
mientras la historia o
tu dolor
sacan cuentas
preguntan
por el que estuvo en mi lugar

y afuera llueve
o adentro
o
son palabras
como gotear contra el silencio

para
hacerlo callar
o porque
tiene que caer
algo así como lluvia y
cante al tocar las cosas



Luces que a lo lejos

Viejos dibujos de las ramas:
hojas
no quedan
-se volaron-
ni
sombras que añorar
ni
plata en los bolsillos

nada hay
(sólo gestos
como venidos de otros gestos
"tres o
cuatro palabras"
que el viento no pudo arrasar)

Esto hay: el
fuego en la cocina
el
poco de amor
que sobrevivió a la intemperie
(y entre la lentitud de la nostalgia
uno
se preguntaba a qué volver)

Todo el cansancio se ha juntado
(es un punto)
el dolor estalla como sol
(despacio las
hojas
vuelven a caer
como creando el
aire en que se mueven)

Uno quisiera juntar todo
hacer
algo con todo: un
humo que
nada pueda apagar
Bajo el burlón
mirar de las estrellas
uno se atreve a preguntar
por el capítulo que viene

y es alto el cielo y
no hay respuesta

Ahora se acerca la
cercanía de las cosas
la concordancia de un lugar
que
tal vez siempre estuvo ahí

alguien
-ahora-
silba o
se mueve tras los vidrios
como empañados de algo
que
ya no importa qué es



Sitio
Como el rayado fotograma
de un viejo film de amor:
un hombre
de pie en un malecón
donde no pasa nadie
y todos los barcos han partido y él
vio su estela en el agua
"Eran tan grandes", dice, y en su tono
no hay amargura ni rencor
Sólo que a veces la
música se corta
y
no son ya gaviotas las que rondan
las que gritan no son gaviotas.



Piu avanti

Ni Dios ni Lucifer, el
protagonista de esta historia
llora y también reza, aunque
lo disimula muy bien
Hoy ha abierto una puerta:
un día de sol no es
el paraíso, pero
es de día, y hay sol
y él ha abierto una puerta



Mestiere di vivere

Tras la tormenta —raíces
arrancadas, charcos
que van pudriéndose de a poco—
sale a mirar la tierra que
calienta el sol.
Más que confiado, tozudo, el
cultivador de su parcela
oye
dentro de sí
el crecimiento de la hierba.



Tema de dos

Tampoco perdices comieron, eran
demasiado tiernas, demasiado inocentes
Hicieron, en carne propia, su casa, vivieron
en medio de los lentos, los
interminables derrumbes de aquel siglo.



Let it be

Suspira, cierra la ventana
donde
había mirado el aire (los techos, la
nitidez de tantas cosas)
y algo tras de él (su
sombra?)
se pone la capa
besa a una sombra de mujer
y ahora alza el vuelo entre los coros
de la Novena Sinfonía



Ver

Mira las gotas en el vidrio, la
pequeña humedad
que va borrando los contornos:
"¿ceden entonces los
límites precisos?", dice o
recuerda: "¿se puede ahora entrar?".
No es el agua de afuera: él
no cree más en ciertas trampas
pero prefiere hacerse el distraído, mientras
su alma se empapa en lo que cae.
Ahora, la
ñata otra vez contra el vidrio,
vuelve a esos juegos (cada vez más costosos):
una mirada se
lleva consigo
las gotas y el vidrio
hasta unir todo en un punto y
ver.
Ese es (tiembla) su
riesgo (su
poco de gloria), al fin.


Ser o no

Estuve demasiado tiempo en el
borde, a veces
casi no aguanto las
ganas de caer:
dulces amigos, no me quejo, pero
este no es sitio para hablar:
algo huye a veces del paisaje, algo
no encaja mucho en él
y arriba es abajo o viceversa y
escríbanme algo, canten
la sonatita que haga fondo al caos:
quiero aprenderla, a ver si es cierto.



Versión

No por miedo a caer
sino a volar
cerró ahora la ventana
que aún refleja la
cara soleada de las cosas
"Todo era real", suspira o
lo inventa,
en el aire su voz
se hace pequeña
cae
como una piedra en la penumbra
Espera, a ver si
toca fondo



Otra versión

Tras de los bordes, pude ver
desde otro punto
cada cosa y
debo decirlo: aquel lugar
tiene sus ecos, no es fácil dejarlo
Uno, si
vuelve, vuelve y las
trompetas cantan
(como en sordina) pero
no necesariamente sabe más:
mira ahora lo que pisa, prefiere
lo que resiste al tacto. "Mi
propia sombra -dice- sólo prueba que hay luz
y un cuerpo opaco la intercepta"



Welcome

Saludo tu regreso, saludo
tus pasos que rehacen las cosas
todo aquí está en su sitio, lo ves,
lo bueno y lo malo,
lo incómodo y lo que
da de vivir, entibia
la carne y las legumbres
compartidas
no es mucho, lo sé, ni es poco, pero
un ave de ciudad a veces
se estrella en la ventana
y no es la paz lo que te ofrezco
ni te la pido, estás,
mirás todo de nuevo como
nuestro hijo mira la vidriera
donde venden ardillas, peces de color,
un minúsculo caimán que asoma los ojos
fuera de la pecera
como si, al parecer, hubiera cosas
por verse todavía



Matinal

Ya no hacemos preguntas,
ya nadie hace preguntas porque
las respuestas son intolerables
No nos importan las respuestas, cuando
las cosas hablan por sí mismas
La ropa al pie de la cama, por ejemplo, el sol
tras las hojas del plátano
cuando les da como una luz y tiemblan
al paso del aire
que anda buscando algún lugar
a donde llevar algo de nosotros

Verosímil

Será mi mano en tu pelo, será
que afuera paró de llover
o el hueco que hace siglos
dejaron ciertas cosas
como tu pelo, mi mano, la lluvia
lo que relumbra entre los dos
que actuamos esta escena
decididamente verosímil

Arte dificultosa

"un individuo seco, tabacoso y argentino,
procurando instalar una fe
en algún retroceso de su batalla mental"

Joaquín Giannuzzi

Arte dificultosa

La época ya no da muchas imágenes. He aquí
pocas palabras, las que tengo a mano.
¿Servirán, digo, estas palabras para
algo como rescoldo apenas percibido o relumbrón
visto repentinamente al trasluz
(y desaparecido) o conjunción
de, por ejemplo, la llovizna y pasos
de un hombre solo en la penumbra
de una esquina remota? Blues
del que vuelve solo a las
viejas queridas palabras: a
un perro que le ladre, una luna falsa, su
propia sombra, un charco
que lo refleje todo;
absorto y aturdido blues del que
en medio de la niebla, oye a alguien silbar:
anda, no sabe bien qué va a encontrar,
como quien (piensa) vuelve de la guerra.

¿Es este el paso?

Eugenio Montale se murió
hace algo más de un mes.
Antes dijo lo suyo y también calló
un montón de otras cosas.
¿Qué sino todo lo callado
sostiene estas imágenes
que giran ahora entre los hechos
como moscas? En esta habitación la luz
espesa es, y confusa: se puede mantener
abiertos los ojos y pensar.
¿Qué forma, al caer, como círculos de agua?
¿Qué hasta tocar las cosas y
volver? "Aquí hubo un hombre", digo, siento el
peso de las palabras
-algunas- en el alma.
¿Qué ondas hacen al hombre entre los
hechos que
zumban, asisten, no explican nada?

En caso de que

Si rompen la puerta, si
con un golpe inconfundible y preciso
la echan abajo y
se oye a mi hijo llorar
¿Qué va a entrar? ¿El
invierno (hojas -de plátano o de un
viejo diario- incluidas)? ¿El
silencio eterno de los espacios infinitos?
¿Santos marchando acudirán? ¿La lluvia acaso y
tiemblen las cortinas?
Y si, supongamos que ocurre, la rompen y
el visitante parpadea, dice "perdón",
se quita el sombrero, "estaba equivocado"?
Habría que hacerle pagar entonces los
daños, exigirle una explicación
por el flagrante incumplimiento de
lo que esperábamos de él yo y la historia.



Adagietto

Será tal vez aquí donde
canta este silencio
este silencio: vos
vuelvo a mi casa y estás quieta
: dormís
qué paz o agua de la noche
sale de o
entra en
tu sueño
donde también dormís
o acaso es el mundo el que
llega como un sueño a
tu contorno
que la memoria dorará
por siglos y siglos
mientras dure este ins—
tante que
plop, se terminó



Corazón de tiza

Cultivo a esta hora tu
presencia:
he aquí paz
O salís desde tu recuerdo: entrás
O el que entra es tu recuerdo, ocupa
el indeciso moverse de tu mano
(se mueve ahora en sí)
lo que se llama:
adensamiento de lo real
¿He aquí lo real, entonces?
Convengamos
en el encuentro de
tu mano y la luz
donde se espesa el mundo o
se refracta:
pura materia en el aire invernal




Tela de araña

Algo deshilachadas, las
redes de lo real
dejan filtrar algo de polvo, intención,
como estaciones rápidamente atravesadas
donde uno tal vez pudo
bajarse por un rato y mirar
—y el visitante permitíase
deslumbrarse (piedrecitas,
plumas caídas de ave urbana, el
venirse encima de la tarde, encima)—
Araña de lo encierro, la
memoria en la luz
camina, es, por cierto, realidad,
hace caso a sus leyes
por cierto sacudidas, por cierto, vueltas
de súbito a ordenar
en otras redes por el viento
que entra por la ventana
rota.



Stardust memories

¿Qué hace uno acá? pregunta, tropieza
con todo al paso, pide perdón
(pura costumbre, él siempre fue imperdonable)
Hombre pequeño y poca fe, apenas una
silueta como cavada en la tarde,
mira sus pasos en la playa, dice
"algo los va a borrar",
se iría silbando ante el horror del cosmos, la
idea tiene cierta gracia
Mejor —dice— quedarse a hacer
castillos en la arena, en las sábanas,
mejor
polvo de estrellas,
hay buena música y sin fin.
Mira la música con todos tus ojos, mira
lo que se junta aquí
Mira las cosas con todos tus rostros: Dios
es una pregunta equivocada.




Madrugada

Tortuga el alma sale de invernar
un poco a tientas quiere
ver si estabas
platos
halló en la mesa
No los quites
De esa materia
volveremos a comer?
Hay lentitud en estos ojos
acostumbrados a invernar
Con vos dormirá el aire, esta mañana
con vos despertará?
Y el alma remolona, el alma
acalambrada por la luz?
Y a los chispazos de la tarde
los volveríamos a encender?
Al humo de este corazón
causa de toses?
El del vidrio empañado, el que
—eso era cierto— dibujó
siempre lento, tu nombre?
Lerda es, torpe es
el alma
no quites los platos:
sitio en que comer



CANTOS EN LA MAÑANA VIL
1. Cosas / Oír / Rodar



I

No hay nada, sólo cosas.

No hay nada, las cosas tampoco.

Oír afuera un rodar de las cosas
a la hora en que va a amanecer,
oír un gasto que avanza.

Algo se ha roto o nunca estuvo, ¿era el alma?
Cosas que ruedan, ahí afuera, no hay nada.



II

Así es que empieza la mañana: no con
una explosión, con un bostezo.

Así es que otra vez todo se puso a rodar.

"Y no entres manso en eso que viene, rabiá",
subía el ruido de lo que rodaba, y entré



III

Cerrando ahora la puerta
del ascensor, buscando
la llave de la calle, mirando el tránsito:
"perdí los años que iban a venir"

"Ahora estoy libre", pensé por un
momento,
como quien cae al agua de la mañana lo pensé.



IV

Viene el verano, viene con
dolor de huesos,

viene con su estopa.

Sentado, en el recuerdo, frente a un mar
siempre recomenzado, escribo

no con palabras
sino con sombra de palabras, filtraciones
de un turbio noviembre.



V

"Amor", escribo, yo no estoy acá.
Amor se escribe en otro lado.



VI

Entre el crujido urbano, entre el
venirse atrás del alma

Escribo contra lo mejor de mí

Para decirle que se cuide, que
no se vaya aún,
que lo que llega ante los ojos
es grande y crece como pasto en las ruinas
de lo que se llamaba el corazón



VII

Ahora, con el calor
que avanza,
tratando de aclarar un poco
las acumulaciones de la mente
oigo tu voz por el teléfono
como quien piensa "algo hay"
o "dónde estás"

y la mañana afuera es agua espesa, orín,
luz que hace mal

Espero, quiero decirte, estés a salvo
de los asedios de este mundo y otros.



VIII

Sol, además, ahí afuera eso, el sol,
que sube afuera de nosotros
Ya no es lo que llamábamos "el sol"
ni "la vida" es la vida

¿Y entonces qué habla por esta boca, la muerte?
¿Qué sobreimprime al sol esa palabra "sol"
qué alumbra o hace como que alumbra ahí?


IX

"Alguna cosa que esté bien", iba a decirte
o "pasarán por sobre mi cadáver"

Me preguntaba para qué escribir

Y no es que espere que respondan, escribo

"Tal vez aún crea" iba a decirte,
pero algo se callaba atrás



X

"Atrás, atrás", como decía el pájaro.
¿Atrás de qué?
En realidad decía "váyanse"

Ventajas de la mala traducción:

yo miro atrás a ver quién habla.



XI

No es que alguien hable, es que
lo quiero ver,
es que no entiendo que las cosas callen

es decir cosas qué hago afuera



XII

"Afuera, afuera" dicen las palabras.
"Afuera", me preguntan, "de qué"
No las escuches, yo me fui



XIII

Si la poesía, si la
pura sensitiva sale
a molestar, dejala

No es que esté bien ni mal: el alma
se deja hacer para durar

Anda en la pura duración
a falta de otra cosa, el alma


XIV

¿Y esa otra duración, el sol
irrealizando la pared, el ruido urbano?

"Irrealizando" escribo "la pared", escribo "el ruido",
escribo "el ruido, la pared ¿y qué?"

"Ahora" escribo, "y en la hora
en que lo niegue una vez más",
escribo como quien
salió a perder: "no hay nada" escribo "que perder.
No hay nada más que cosas, no hay nada".



XV

"No hay nada", dije, dispuesto a perder,
iba sin alma,
en medio de la mañana, entre los ruidos


1 comentario:

  1. ...ESTO ES POESÍA...SI QUIEREN MÁS...SALGAN DE ESTOS VERSOS...SI PUEDEN ES PORQUE ESTOS VERSOS PUEDEN MÁS...ES DECIR...HACEN LO QUE PUEDEN...LO QUE USTEDES NO PODRÍAN HACER SIN ELLOS...SIN ESTOS VERSOS QUE NO PODRÍAN SER SIN USTEDES...

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